
y celebraré tu abrazo creador,
pues tu fidelidad es un canto a la vida;
tu perdón, la melodía de tu amor.
Despertar cada día y arraigarnos en ti,
cantar con la vida tu bondad,
pues tu amor y perdón son más altos que el cielo;
tu fidelidad, tan cierta como el sol.
Cantaré por
siempre tu bondad, Señor,
y celebraré tu abrazo creador,
pues tu fidelidad es un canto a la vida;
tu perdón, la
melodía de tu amor.
Cantaré por siempre tu bondad, Señor,
mi fuerza y mi esperanza eres tú.
Toda la creación, todo el mundo está lleno
de tu Espíritu, que es melodía de tu amor.
Y cantaré por siempre tu bondad, Señor,
sí, cantaré por siempre tu bondad, Señor.
2) Vals de ofrenda
Te ofrecemos, Señor,
nuestro esfuerzo
común,
por vivir y servir a
tu reino de amor
La alegría de sembrar la tierra y esperar los
frutos,
el cansancio de los que trabajan silenciosamente,
los que buscan la paz, los que solos están.
cuando hacen oír su voz.
La grandeza de los que mejoran la vida del
hombre,
la impotencia de los que padecen tantas
injusticias,
los que cargan su cruz en perdón y amor,
los que entregan su corazón.
La alegría de ofrecer la vida entera por tu
Reino,
la esperanza en tu promesa que sostiene nuestras
luchas,
el milagro de creer que tu gloria está aquí,
que es posible un mundo mejor.
3) Hagan esto en memoria
mía
como
Jesús quería donde a los pobres nada les cuesta: hagan
esto en memoria mía.
Una mirada compasiva, para restaurar la vida
de verdadera alegría en un
abrazo de acogida: hagan esto en memoria mía.
Una palabra verdadera que penetra al corazón
afirmando
el espíritu con valentía para amar con razón: hagan esto en memoria mía.
Una sonrisa amiga, que invita a esa mesa
nuestra
tan
querida para partir el pan un día, pan de esperanza compartida: hagan esto en memoria mía.
Una común unión de vida, para los seres humanos.
En la eucaristía somos
todos hermanos: hagan esto en memoria mía.
Un mundo de justicia y solidaridad con los
pequeños
para
saciar el hambre en la historia haciendo vida estos sueños: hagan esto en memoria mía.
Un cielo y una tierra nueva, promesa del Reino
que camina.
Y junto a María somos
Iglesia peregrina: hagan esto en memoria mía.
4) Bienaventurados los misericordiosos
la ayuda me viene del Señor, por Su gran compasión.
Aun cuando estamos en el error nos abraza con Su amor
Con su sangre nuestro dolor al fin se sanará
Aun cuando estamos en el error nos abraza con Su amor
Con su sangre nuestro dolor al fin se sanará
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia
Si no perdonamos, ¿quién ganará? ¿quién puede sostenerse en pie?
Si Él nos perdona, nosotros también hagamos como nuestro Dios!
En la cruz el nos redimió de la tumba resucitó.
¡Jesucristo es el Señor! ¡Al mundo hay que anunciar!
Hay que soltar el miedo y ser fiel, con la mirada en Su amor
confiar
porque Él resucitó Vive el Señor!
5) El
Sermón del Monte
Dichosos todos los pobres porque ganarán el
cielo.
Dichosos en este suelo los que son mansos ahora.
Dichosos son los que lloran porque tendrán su
consuelo.
Dichosos son los que tienen hambre y sed de la
justicia,
porque serán sin noticia saciados por el Señor.
Dichosos los sin malicia porque ellos verán su
amor.
Dichosos son los pacíficos
porque hallarán la concordia.
Dichosos si en las discordias perdonan de corazón,
porque por esta razón lograrán
misericordia.
Dichosos
los perseguidos por causa de la verdad.
Dichosos
sin igualdad los que sufren por mi nombre,
porque
entonces daré al hombre el amor de mi amistad.
¡Guay de los muy divertidos!, porque llorarán de susto.
¡Guay de los hartos de gustos!, porque tendrán
hambre aciaga.
¡Guay de los ricos injustos!, porque ya cobran
su paga.
6) María
Madre de la Generosidad
Enséñame
a amar tu Voluntad, a responder con generosidad,
a
darle todo a Jesús mi Señor. Aunque es poco, Él lo multiplicará.
María, Madre del Amor, que
bendices, repartes y alimentas;
ayúdame a compartir la
esperanza,la paz, el perdón, la amistad.
María, Madre de la Fe, que sostienes, guías e iluminas,
ayúdame a proclamar con fervor
la Palabra de Dios, la Verdad.