Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo
demás se les dará por añadidura
1) DIOS FAMILIA
Cada vez que nos juntamos siempre vuelve a suceder
lo que le
pasó a María y a su prima la Isabel;
ni bien se
reconocieron, se abrazaron, y su fe
se hizo
canto y profecía, casi, casi un chamamé.
Y es que Dios, es Dios familia, Dios amor, Dios Trinidad, de tal palo tal astilla, somos su comunidad. Nuestro Dios es Padre y Madre, causa de nuestra hermandad, por eso es lindo encontrarse, compartir y festejar.
Cada vez que nos juntamos siempre
vuelve a suceder, lo que dice la promesa de Jesús de Nazaret:
“Donde dos o más se juntan,
en mi nombre y para bien, yo he de estar personalmente, con ustedes yo
estaré.”
Cada vez que nos juntamos
siempre vuelve a suceder,
lo que le pasó a la gente
reunida en Pentecostés;
con el Espíritu Santo,
viviendo la misma fe,
se alegraban compartiendo lo
que Dios les hizo ver.
2) AL ALTAR ACERCAMOS
Al altar nos acercamos
con el vino y con el pan,
son los frutos del
trabajo que queremos presentar
son los frutos del
trabajo que queremos presentar.
Estos dones que ofrecemos
el Señor convertirá,
en su Sangre y en su
Cuerpo, signos de fraternidad,
en su Sangre y en su
Cuerpo, signos de fraternidad.
Ojalá que en esta ofrenda
expresemos la unidad,
que si hubo alguna ofensa
la sepamos perdonar,
que si hubo alguna ofensa
la sepamos perdonar.
3) En la mesa del Señor
Llegamos a tu
mesa amado Señor,
trayendo en nuestros
labios un canto de amor.
Para que nos alumbren
tu gracia y bondad
y así podamos siempre
tu amor reflejar.
El pan que es tu
cuerpo nos confortará.
El vino que es tu
sangre valor nos dará
para enfrentar la
vida con fe y con amor
confiando
plenamente en tu gracia Señor.
¡Bendito seas, Señor, por todo el bien que nos das!
Bendito porque quieres estar hoy aquí
brindándonos tu vida en vino y pan!
El pan que
compartimos es trigo de Dios,
es fruto de la tierra
en trabajo y dolor;
en nuestros corazones
semillas se hará
para una nueva
siembra de paz y amistad.
La copa que
tomamos es vino de Dios
la sangre derramada
por Cristo en la cruz
se hará en nuestras
venas latido de amor
para entregar la vida
en unión con Jesús.
4) LA PASCUA
DE LA LIBERTAD
Tan errantes y peregrinos como el pueblo que cruzó
el mar, caminando vamos a tu encuentro, es la Pascua de la libertad.
Prometiste en la Última Cena que por
siempre te ibas a quedar, compartiéndote en la Eucaristía, Pan de Vida te nos
regalás.
Y salís feliz
a nuestro encuentro, de la mano de María estás, tu presencia en el pan y el
vino, por tu espíritu se hizo real.
Por tu Cuerpo y por tu Sangre, nos acercas a la
Redención, Alabanza y acción de gracias al Eterno Padre Creador. Y aunque es
dura la pesada marcha, nos da fuerza la Comunión. Con María y todos los santos,
somos “Uno” todos en tu Amor.
Enviado del Padre del Cielo, nos invitas a
evangelizar,
testimonio de tu amor daremos, porque a todos nos
querés salvar. Tu Misterio nos mantiene unidos, como pueblo y en comunidad, por
los débiles trabajaremos, con justicia y con caridad.
5) María de América
Hace tiempo que esta
tierra tiene alianza con el Señor
ya que un día la
Señora le abrió las puertas del corazón, ya que un día la Señora le abrió las
puertas del corazón.
Heridas tiene mi
pueblo, heridas tiene para sanar.
heridas que el camino
se van haciendo de tanto andar,
heridas que el camino
se van haciendo de tanto andar.
Junto con ella creció América:
en Guadalupe, Luján, Itatí, del Valle
y otros lugares que por amor ella se quedó. (bis)
María de la Esperanza
mira a tus hijos y cuidanos;
no dejes que te
arrebaten la fe que un día plantó el Señor. Madre Virgen Misionera que está
presente en cada región, llevanos junto a la mesa reconcilianos con el Señor.